Seguro que ya disfrutas de uno de estos 5 usos de la huella digital. Algunas de las ventajas que trae consigo el progreso tecnológico es el aumento de la seguridad y la voluntad de facilitar la forma en la que hacemos las cosas. Estas son una de las muchas razones por las que se creó la biometría y por las que el reconocimiento de la huella dactilar se sigue utilizando a día de hoy en varios lugares en los que probablemente no te hayas dado cuenta.
En primer lugar, comencemos por definir qué es exactamente la biometría y luego ver qué tipos hay y cuáles son sus funciones específicas. La biometría es el estudio para el reconocimiento inequívoco de personas basado en uno o más rasgos conductuales o físicos intrínsecos, como el reconocimiento de la huella dactilar por ejemplo; según la definición de la Wikipedia.
La biometría puede ser de dos tipos: fisiológica y de comportamiento. La primera se basa en rasgos de nuestro propio cuerpo (huellas dactilares, iris, retina, voz…) para convertirlos en parámetros de identificación, mientras que la segunda deriva de una acción concreta, como caminar o escribir (de ahí que la firma biométrica tenga ese nombre).
En el caso de hoy, la biometría dactilar (el reconocimiento de la huella dactilar) se encuentra dentro de la fisiológica, donde también tenemos el rostro (muchos móviles se desbloquean así en la actualidad), el iris o incluso el ritmo cardiaco.
Esta forma de autenticación ha surgido como algo necesario ante la creciente tendencia del uso de servicios digitales y la necesidad de una protección mayor del almacenamiento de datos sensibles de los usuarios.
Entre los tipos de autenticación que existen, la biometría dactilar se clasifica como aquella basada en algo que se es. Su principal ventaja es que los elementos biométricos son únicos para cada individuo, altamente resistentes al fraude y muy cómodos de usar, ya que no necesitan recordarse, al contrario que una contraseña, que puede olvidarse fácilmente si no se lleva una buena organización.
Usos de la huella digital
El uso de la biometría está muy lejos de ser una cuestión futurista, lleva años aplicándose en diferentes sectores. A continuación te contamos qué usos tiene la huella dactilar actualmente y qué nuevas formas veremos a corto y medio plazo.
Identificación en el control de fronteras
El principal documento para viajar por el mundo es el pasaporte. En el caso de España (y otros muchos países), dentro del chip RFID[i] que incorpora el pasaporte, se almacenan las huellas dactilares de ambos índices del portador, que después se compara en las oficinas de inmigración a la salida o entrada de un país para su correcta identificación.
El uso de pasaportes biométricos está ampliamente extendido y la gran mayoría de los países cuentan con este documento para un mayor nivel de protección de la entrada y salida de personas. Además del incremento de seguridad, también ayuda a agilizar el proceso y aligerar la gestión de colas en las fronteras.
Entrar en la habitación de tu hotel
La forma tradicional de entrar en la habitación de un hotel es a través de una tarjeta magnética, que tiene el inconveniente de que puede perderse fácilmente o también ser robada.
Gracias a la biometría dactilar, el cliente registra sus huellas a la entrada de su estancia y estas quedan asociadas a una habitación (y a otras estancias a las que tenga acceso por su reserva) durante el periodo de alojamiento. De esta forma, hay una mayor seguridad y el cliente no tiene que preocuparse de llevar siempre consigo la tarjeta magnética.
Desbloquear tu móvil
Uno de los usos de la huella digital más presentes en nuestro día a día. El sistema clásico de protección del móvil ha sido una pequeña contraseña, normalmente de cuatro dígitos, lo cual no es exactamente un método de autenticación demasiado seguro, sobre todo ahora que dentro del móvil guardamos cosas cada vez más importantes (tarjeta de crédito, acceso al banco, redes sociales…).
El uso de las huellas dactilares en el móvil está ligeramente limitado en iOS debido a que en los smartphones con sistemas Android pueden ser usadas por cualquier aplicación de terceros, mientras que Apple hasta el momento restringe su uso al propio de su sistema.
Una forma de pago más
En la Unión Europea existe el inconveniente de que no hay una base de datos pública en la que se puedan cotejar las huellas y corroborar la identidad de una persona en tiempo real. Sin embargo, hay varios países en América Latina que, debido a los altos niveles de fraude y estafa, sí que permiten que se realice este cotejo y hay empresas especializadas en esto.
Gracias a esta situación es posible, por ejemplo, utilizar la huella dactilar como una forma de pago más, sin necesidad de llevar efectivo o tarjetas de crédito encima.
Este sistema se puso en marcha hace dos años en Venezuela, un país ideal para este caso, ya que el reconocimiento biométrico se ha estado usando previamente en diversos aspectos, como con el voto electrónico o la identificación en los cajeros automáticos.
Las compañías de tarjetas de crédito también están aprovechando esta tecnología para implementarla dentro de las propias tarjetas. De este modo, un dispositivo lector de las tarjetas puede verificar la identidad de su propietario con su huella antes de permitir el pago.
Huella como una evidencia en un proceso de firma
En los procesos de firma digital se puede utilizar la propia huella dactilar como elemento de identificación de la persona y como una evidencia más para ofrecer una mayor seguridad y validez legal al contrato en cuestión.
El objetivo de las evidencias en estos procesos es ayudar a que estos sean más seguros. Por eso, es mejor contar con varias para reforzar este aspecto, como la huella digital o un código (OTP) enviado al teléfono móvil.
Lo que se consigue con las huellas dactilares es identificar perfectamente al individuo, puesto que estas son únicas e intransferibles. De esta forma, se cumplen las condiciones para obtener una firma electrónica avanzada, de plena legalidad según eIDAS, la regulación de la Unión Europea.
El reconocimiento de la huella dactilar no es la única forma de biometría que se puede utilizar en estos procesos, porque la firma biométrica (o firma electrónica avanzada) es capaz de recoger datos únicos de cada persona como la velocidad o la presión del trazado, siempre que se tenga un dispositivo compatible para este propósito. Lo mismo ocurre con la firma con voz.
La biometría en general, y la biometría dactilar en particular, está realizando grandes avances a la hora de ofrecer una mayor protección y seguridad al usuario y de hacer su vida más fácil. Ya en el presente, utilizamos nuestra huella día a día para entrar en el gimnasio o desbloquear el móvil, y dentro de muy poco la seguiremos usando para muchas otras acciones cotidianas.
[i] Sistema de almacenamiento y recuperación de datos utilizado, por ejemplo, en los chips para mascotas para su identificación o en las prendas de ropa para su seguimiento y prevención de robo.